Monóculo temblando, aguja de punto de cruz caída, y botella de pastís cerca para los soponcios, descubro que Marcel por fin ha encontrado objeto a Gomorra. Siempre, inocente que es una, me alineaba con esa corriente de lo popular que dice saber bien cuál era el pecado de los sodomitas, pero desconocía por completo el de los gomorritas. Pero Marcel, audaz, valiente, lúcido, lo descubre: ¡las gomorritas son las muchachas que tienen vicios con las muchachas!
Sodoma a tomar por culo
(con perdón)
De la pobre Gomorra quedó tan poco que ni hay cuadros
En esta imagen, La destrucción de Sodoma, de John Martin
¡PING!
Sé que esta imagen les choca, queridas
Sean ustedes fuertes
¡Qué les voy a decir! El humor se le desboca, a veces uno se tienta de decir que invOluntariamente, que no puede serse tan envarado y soltar estas perlas... Los sudores fríos al imaginar los amores calientes de las muchachas en flor de Balbec. El hombre con problemas de vista que siempre se ganaba un guantazo del mellizo de su objeto de deseo... El festín sexual de Sodoma y Gomorra es un banquete que Marcel dice sólo mirar, en el que es espectador privilegiado, y en el que no se le permite disfrutar nada. O tal vez sí: el lenguaje.
Suya, justo antes de la ducha,
Madame de Borge
El loco John Martin!!!
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