sábado, 27 de marzo de 2010

No tendré más visillos para Marcel

Querida Madame Proust,

Le informo que he recibido con inusual alegría la propuesta de Madame de Malarrama respecto a la lectura de la opus magna de su querido hijo Marcel, y he respondido afirmativamente a la misma. Sé que esta empresa es grande para una persona con abundantes compromisos como esta su humilde servidora, pero desde la admiración y el respeto prometo dar lo mejor de mí misma para conseguir completarla, aunque tenga que dejar por ello mis afamados cursos de confección de visillos de punto de cruz.

Como usted ya sabe, Madame de Malarrama desea realizar la lectura de ‘En busca del tiempo perdido’ a un ritmo de un volumen cada cuatro meses, comenzando el 1 de mayo de 2010 y terminando el 31 de agosto de 2012. En estos 28 meses su hijo será nuestra guía, estará en nuestras vidas, dirigirá nuestras emociones, hará que nuestras obras sólo sean si son a través de Proust. Desde aquí le enviaremos a Ud. nuestros comentarios sobre la obra, y así conocerá usted con la cercanía que siempre ha caracterizado nuestra amistad, cómo Marcel nos afecta, nos ilusiona, y nos llena de vida.

Quedo a su entera disposición para cualquier indicación que será de nuestro agrado, y espero reciba mis saludos más afectuosos.

Madame de Borge

3 comentarios:

  1. K proyecto tan absuuuurdo. Harían mejor en escribir "En busca del tiempo perdido zombi", pero nada de seis tomos; ciento cincuenta páginas y arreando, k los tiempos han cambiado. La historia comienza cuando Proust, metido en la cama, espera el beso de buenas noches de su madre antes de apagar la luz. Sin embargo, el ser putrefacto k entra en su habitación tiene otras intenciones. Proust se salva tirándole una docena de madalenas y, a partir de ahí, su existencia se vuelve bastante más excitante k si no se hubiera pasado toda la vida metido en la cama. "Mucho tiempo he estado acostándome temprano, con una escopeta bajo la almohada".

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  2. Estimado Monsieur Mac,

    recibimos con congoja pero alegría su comentario. Alegría pues alguien nos escribe por fin. Congoja pues estimamos que no comprende la heroicidad de nuestra aventura. Rogamos ambos a Monsieur Bimbo que comprenda finalmente lo que nuestros corazones encierran, y que, por favor, entienda que encerrarse en la cama como Monsier Proust no significa dejar de cambiar las sábanas. Según nos confesó Madame de Proust, menudo es Marcel para estas cosas...

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  3. Querida Madame de Borge.

    Coincido completamente con el primer comentario. Aunque teniendo en cuenta el nombre de su tan ardua empresa: "En busca del tiempo perdido"... Yo en cambio, me he propuesto una empresa mucho mas emocionante. Leeré la obra completa de Corin Tellado sentada en el baño mientras escucho con devoción los sabios consejos de la queridísima Elena Francis.

    Siempre suya,

    Madame de GAY-arta

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