miércoles, 29 de junio de 2011

Stanley Kubrick, que adaptas a Proust



Queridas Madames,

Les reproduzco un extracto de un apasionante artículo sobre Stanley Kubrick escrito por Stephane Delorme y publicado en Cahiers du Cinema España (nº 46, Junio 2011, pp. 72 a 77). Dada la bella referencia hecha por el director británico a los grandes pequeños detalles proustianos, era inevitable hacerlo.

Suya,
Madame de Borge

Lo que por el contrario está claro es que la cuestión en Inteligencia Artificial (A.I.) no es en definitiva la tecnología sino el amor, en particular el amor filial. En el precioso libro que Jan Harlan editó sobre A.I. en 2009 se reproducen notas manuscritas de Kubrick referidas a la última escena, cuando los robots del futuro proponen al pequeño David reencontrarse con su madre, pero solo por un día. De manera totalmente inesperada, en una nota fechada el 11 de abril de 1993, Kubrick se pregunta cómo encontrar un equivalente al proustian knock on the wall para describir la complicidad recuperada entre Mónica y David. Hace aquí referencia al pasaje de A la sombra de las muchachas en flor en el que el pequeño Marcel, en la cama, se comunica con su abuela mediante golpes en la pared. Kubrick se pregunta si hay que retomar este gesto o si hay que encontrar un equivalente. Se pregunta si David debe llevarle el café a su madre al despertarse (es la opción con la que se quedará Spielberg). En estas emotivas notas vemos la atención que puso Kubrick en este desenlace y una sensibilidad imprevista de cara a esta relación doblemente proustiana, puesto que el niño trae a su madre desde el tiempo perdido. También está este comentario hiriente y trágico que aporta Sara Maitland: David quería convertirse en un niño real, lo que consigue es convertir a su madre en androide.

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